Dicen que sabe más el diablo por viejo que por diablo, y es que los años te dan experiencia. Si algo aprendes es que hay que escuchar a los mayores. Yo a mi nieto le doy los mismos consejos que me daba a mí mi madre, en paz descanse.

Es buen chico y se ha puesto a trabajar los fines de semana, pero le digo: “ahorra, aprende a ahorrar”. Yo no digo que tenga que ser un agarrao, pero si ahora se acostumbra a ahorrar, todo eso que tendrá para el futuro.

Cada vez que llega al bolsillo dinero —la paga, la nómina, la pensión…—, aparta dinero, aparta dinero a un lado. Ahorro. ¡Ay, lo bien que te va a ir si te llega una urgencia! Ahorra.

Y si inviertes, que yo aquí donde me veis he hecho mis cosillas, recordad: la avaricia rompe el saco. No seáis avariciosos. Invertid en aquello que os deje dormir tranquilos.

El truco es saber que nadie te va a regalar nada. Si te ofrecen mucho, es que vas a arriesgar más. Que en un sitio te ofrecen un 4 % y en otro un 1 %... Seguro que en el primero arriesgas más. A más rentabilidad, más riesgo.

Y no pongas todos los huevos en la misma cesta. Aquí la palabra mágica es di-ver-si-fi-car. Muy fácil, si pones tu dinero en inversiones distintas las probabilidades de perder algo son más bajas. ¡Menudo lío, si lo metes todo en el mismo sitio y va mal! Hoy en día es fácil diversificar. Es lo que hacen los famosos fondos de inversión, invertir en distintos lugares. Pero vamos, tú pregunta.

Y luego, la madre de los consejos en el mundo del dinero: más vale prevenir que curar.

Y eso nos lleva a tres consejos importantes:

1) Los seguros: es importante estar asegurado, porque si te pasa algo… por lo menos los de casa que se queden bien. El mejor seguro siempre es el que no se utiliza, pero tienes que estar asegurado.

2) Presupuestos: haz un presupuesto. Es importante porque así sabrás lo que ingresas y lo que gastas y te evitarás estar en números rojos.

3) Ten un rinconcito, un fondo de emergencia. Lo que la abuela tenía debajo del colchón por si venían las vacas flacas. Por si se estropea la lavadora, se te rompen las gafas… En fin, esas cosillas.