Existen distintos tipos de depósitos bancarios entre los que puedes escoger. Tu elección dependerá del capital que tengas ahorrado, de lo que pretendas hacer con ese dinero y, lo más importante, del tiempo que pienses mantenerlo y rentabilizarlo.
¿Qué son los depósitos bancarios?
Son productos de ahorro en los que, como cliente, aportas una cantidad de dinero durante un tiempo determinado. Tras ese plazo, la entidad te lo devuelve junto con la remuneración que se haya pactado con anterioridad a la firma.
Los depósitos más habituales son los de tipo fijo. En ellos, la rentabilidad y el beneficio no varían hasta que finaliza el plazo del depósito, lo que hace que muchas personas, con perfil de riesgo bajo, opten por este tipo de ahorro e inversión.
La rentabilidad la marca el TIN o Tipo de Interés Nominal. Generalmente, a mayor plazo, mayor interés. Pero en cuanto a la rentabilidad efectiva del depósito, debes tener en cuenta la Tasa Anual Equivalente o TAE, que incluye gastos, intereses y comisiones, así como la periodicidad del cobro de los intereses.
Hoy en día, la coyuntura económica de tipos oficiales del dinero bajos hace que muchos depósitos no paguen intereses.
¿Son iguales todos los depósitos?
No hay un solo tipo de depósito bancario. Estos son los más comunes:
- Depósito bancario a la vista
Conocido como cuenta remunerada, es el más flexible. Podrás retirar una cantidad de dinero o su totalidad sin penalización. Te permite beneficiarte de un pequeño porcentaje de los recibos que tengas domiciliados.
- Depósito bancario a plazo
El plazo debe estar previamente establecido. El banco remunerará tu dinero con un interés fijo pactado en el momento de la firma y te abonará los intereses de forma anual, trimestral, semestral, mensual o al vencimiento del contrato.
Suele caber la cancelación anticipada, aunque eso puede repercutir en el tipo de interés o en una penalización. Pero no perderás lo invertido.
- Depósito regalo
Se llama así porque, por tener el dinero depositado, la entidad te regala un bien de consumo. No es posible una cancelación anticipada porque te entrega ese bien a la firma del contrato, pero es necesario analizar la TAE del producto y compararla con un depósito a plazo normal. Al haber una remuneración en especie, deberás tener en cuenta los impuestos a pagar en la declaración de renta.
- Depósito con ventajas fiscales
Para promover el ahorro a largo plazo, desde 2015 existen unos depósitos bancarios con bonificaciones fiscales. Son depósitos, como mínimo, a 5 años y con un límite de 5.000 euros al año de aportación. Solo puede contratarse uno por contribuyente y se denomina Cuenta Individual de Ahorro a Largo Plazo.
- A interés variable
En este caso, el interés varía en función de un índice, que suele ser el Euríbor. No se sabe qué interés recibirás, ya que dependerá de la evolución del índice de referencia, sumando o restando el diferencial que te ofrezca la entidad bancaria.
- Depósito estructurado
Este producto solo deberías contratarlo si tienes suficientes conocimientos financieros. Tiene un tipo fijo que se paga dependiendo de la evolución de los depósitos indexados, del valor de una cesta de acciones o de otros activos. La rentabilidad depende de un escenario futuro y has de poder predecir dicha evolución.
¿Quién puede captar los distintos depósitos?
Es una actividad reservada para las entidades bancarias con autorización para operar en territorio nacional y que estén inscritas en el Registro Oficial de Entidades de Crédito del Banco de España.
¿Tributan los depósitos?
Si obtienes beneficios con tu depósito bancario, debes pagar impuestos por ellos a través del IRPF. La Agencia Tributaria prevé los siguientes tipos para el beneficio del ahorro:
- Los primeros 6.000 euros, a un 19 %.
- Los siguientes 44.000, a un 21 %.
- A partir de 50.000, a un 30 %.
A modo de ejemplo: si ganas 20.000 euros, pagarás un 19 % por los primeros 6.000 euros y un 21 % por el resto, es decir, el total será 1.140 euros más 2.940 euros.
¿Hay que reflejarlos en el impuesto sobre el patrimonio?
El impuesto sobre el patrimonio también alcanza a los depósitos bancarios, junto con el dinero que tengas en la cuenta corriente. Según lo establecido en los artículos que van del 10 al 25 de la legislación de este tributo, se tiene en cuenta la cuantía total de los depósitos y no solo el rendimiento que ofrezcan.
¿Cómo de seguros son los depósitos bancarios?
La seguridad de estos depósitos está ligada a la solvencia del banco, al Banco de España y al Fondo de Garantía de Depósitos. Esto se aplica a la cantidad inicial de dinero que guardes, la cual está protegida con una garantía de 100.000 euros por titular y entidad. Por eso son los preferidos por los inversores conservadores.
Hay bancos extranjeros que operan en España que, al tener una filial aquí y hacer aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos, quedan cubiertos también. Otros bancos extranjeros, en cambio, se acogen al Fondo de Garantía o similar que exista en su país.
¿Qué es el Fondo de Garantía de Depósitos?
De manera sencilla, se trata de un fondo financiado por bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito. Su objetivo es evitar que pierdas la inversión realizada en un depósito en caso de insolvencia por parte del banco. Los fondos están garantizados hasta 100.000 euros por titular y entidad, lo cual te permite invertir en ellos minimizando los riesgos de perder el dinero.