Los fondos de inversión son la alternativa favorita de los españoles para invertir: en el 2017 teníamos más dinero invertido en fondos (13,2 %) que en depósitos (12,4 %)*. Los datos hablan por sí solos en cuanto a la popularidad de los fondos de inversión, pero, ¿sabemos todo lo necesario sobre estos productos financieros?
Qué son los fondos y cómo funcionan
Un fondo de inversión es un instrumento de ahorro que reúne a un gran número de personas que invierten dinero de forma conjunta. Sumando pequeños capitales se forma un capital importante que permite al fondo diversificar entre diversos activos o invertir en todo tipo de activos, incluso en aquellos de difícil acceso (mercados emergentes como el chino, el brasileño o el ruso). El objetivo es obtener mejores condiciones de las que se obtendrían si fuera cada persona por su cuenta.
Conceptos básicos de fondos de inversión (FI):
- El patrimonio del fondo es el dinero total que lo forma, la suma de las aportaciones de todos los partícipes.
- El valor liquidativo es el valor que tiene en el mercado la participación del fondo. Se calcula diariamente y depende del valor que tengan los activos que forman el fondo.
- La suscripción es la compra de participaciones de un fondo.
- El reembolso es la venta de participaciones si retiramos total o parcialmente el dinero del fondo.
Todo el dinero se cede a una entidad, a un equipo de gestores profesionales, que materializará las diferentes inversiones siguiendo una estrategia previamente anunciada y pactada. Por ejemplo, un fondo puede dedicarse a invertir solo en renta fija; otro, en renta variable; otro, en grandes empresas de la bols americana, en bonos de países emergentes…, y así hasta llegar a una larga lista de miles de fondos de inversión.
Ventajas de invertir en fondos
- La inversión mínima suele ser accesible: aunque el mínimo de inversión depende de cada fondo, acceder a la mayoría de ellos es posible para una gran parte de la población, dado que el importe mínimo suele ser bajo. Así, hasta los inversores más pequeños tienen acceso a estrategias de inversión tan potentes como las que siguen los grandes inversores.
- Permiten acceder a determinados mercados a los que de forma individual es difícil llegar (por ejemplo, los mercados emergentes). Además, el acceso a los mercados convencionales se realiza con mejores condiciones y con la facilidad de invertir y desinvertir de forma sencilla.
- Son instrumentos regulados: están comercializados por gestoras supervisadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
- Son fiscalmente atractivos, ya que los beneficios (o pérdidas) que anualmente generemos a través de un fondo no deberán declararse hasta el momento de su reembolso. Es decir, que solo pagaremos impuestos una vez que decidamos vender y recuperemos el capital invertido. Además, el capital invertido en forma de participaciones puede traspasarse de un fondo a otro —aunque pertenezcan a diferentes entidades— sin pagar impuestos por ello, difiriendo las ganancias o las pérdidas hasta el momento de su reembolso.
- Nos beneficiaremos del interés compuesto, dado que los rendimientos se acumulan en el propio fondo.
- La gestión está en manos de profesionales que invierten de manera acorde con la filosofía del fondo, tomando las decisiones financieras que más convengan a los partícipes.
- La gestión está en manos de profesionales que invierten de manera acorde con la filosofía del fondo, tomando las decisiones financieras que más convengan a los partícipes.
El Fogain, también conocido por su nombre entero, Fondo General de Garantía de Inversiones, garantiza hasta 100.000 € en caso de que la gestora de los fondos entrara en concurso y no pudiera devolver el dinero invertido.
Tipología de fondos de inversión
Uno de los puntos fuertes de los fondos es su inmensa variedad. Existen miles de fondos especializados en diferentes mercados y productos:
- Fondos de renta fija: invierten en bonos; tienen un riesgo moderado.
- Fondos de renta variable: invierten en bolsa; tienen un alto riesgo.
- Fondos de renta mixta: fondos en los que la inversión se diversifica entre renta fija y variable. Es importante conocer en qué porcentajes, pues esto determinará su riesgo.
- Fondos globales: no tienen establecidos los productos ni los criterios con los que invertirá el fondo. Se basan en una relación de plena confianza entre el inversor y el gestor del fondo. Obviamente, a priori llevan asociados niveles de riesgo altos.
- Fondos garantizados: aseguran la recuperación del capital invertido inicialmente en una fecha determinada, llamada de vencimiento de la garantía. La contrapartida es que no todos garantizan la obtención de una rentabilidad adicional. Su riesgo es bajo.
- Fondos de distribución o reparto: reparten periódicamente los dividendos que obtienen de las empresas en las que participa el fondo. Fiscalmente se tienen que pagar impuestos por estos dividendos.
- Fondos de acumulación: no reparten dividendos entre sus partícipes, sino que los reinvierten, de forma que el valor liquidativo va aumentando.
- Fondos de fondos: invierten más del 50 % de su capital en otros fondos.
- Fondos inmobiliarios: invierten en activos inmobiliarios (casas, pisos, locales…) y obtienen rendimientos por su alquiler y por la evolución de los precios.
¿Cómo escojo mi fondo?
Existen miles de fondos diferentes, con distinta especialización en mercados y productos. Entonces, ¿cuál es el que más nos conviene?
Ten en cuenta el riesgo
Uno de los principales motivos de la creación de los fondos fue justamente la reducción del riesgo mediante la diversificación. Al repartir el patrimonio entre diversas inversiones, el fondo automáticamente se protege de posibles pérdidas en una inversión, que se compensan por las ganancias en otra. Para el pequeño inversor, este es un factor importante, puesto que de otra forma le sería muy complicado diversificar tanto con cantidades pequeñas de capital, puesto que el coste de las diferentes compraventas se multiplicaría.
Dicho esto, debemos tener muy en cuenta que todos los fondos conllevan un riesgo, que depende de los activos en los que invierten su patrimonio. Como cualquier otra inversión, a mayor rentabilidad potencial de los activos en que invierta, mayor será el riesgo del fondo.
Por ello, como inversores es preciso que conozcamos nuestro perfil de riesgo, es decir, que sepamos qué nivel de pérdidas estamos dispuestos a soportar en nuestra inversión. También debemos tener claro cuándo vamos a necesitar el dinero, ya que cuanto más largo sea el plazo, menor es la probabilidad de pérdida.
Es importante que nos informemos de la política inversora de los fondos y que veamos qué riesgo asumen. La CNMV obliga a las gestoras a indicar el riesgo de cada producto en una escala del 1 al 7, en la que el 1 indica poco riesgo y el 7, el máximo riesgo.
Infórmate sobre las comisiones
Por el servicio de gestión profesional del fondo, el equipo gestor cobra una comisión. O mejor dicho, varias comisiones que para los inversores suponen un gasto.
La principal es la comisión de gestión. Es un porcentaje del valor del fondo que se descuenta diariamente de forma automática y, por lo tanto, está implícito en el rendimiento del fondo. Es decir, cuando nos dicen que un fondo ha aumentado un 3 % en lo que va de año, ya se le ha descontado lo que cada inversor ha pagado por esta comisión. Muchos fondos también tienen la comisión de depósito (por la custodia y administración de los valores que componen el fondo), que no puede superar el 0,2 % del patrimonio del fondo.
Al suscribir algunos fondos comprando sus participaciones, tenemos que desembolsar también la comisión de suscripción. Es un porcentaje sobre el capital invertido que en la práctica lo reduce. Al salir de algunos fondos también deberemos pagar la comisión de reembolso, un porcentaje del capital que retiramos.
A largo plazo, todos estos gastos tienen un impacto en los rendimientos que obtendremos. Por ello es importante comparar siempre entre diversos fondos de similar naturaleza y escoger el que ofrezca menores costes.
No olvides leer con atención el folleto informativo del fondo, especialmente la información referente al riesgo y a las comisiones, así como analizar si el fondo se adapta a tu perfil de inversor y tus objetivos financieros.