En las bolsas de valores se venden y se compran títulos de renta fija, renta variable y derivados. Uno de los principales mercados del mundo financiero es el de la renta variable, normalmente de acciones de empresas.
¿Qué es la renta variable?
La característica principal de la renta variable consiste en que la inversión no tiene garantizada la rentabilidad ni la recuperación del capital invertido. La rentabilidad puede ser negativa, por lo que puedes llegar a perder lo invertido. Incluso podrías perder toda la inversión si inviertes en una empresa que quiebre.
La renta variable depende de varios factores como, por ejemplo, la evolución de la empresa, el comportamiento de los mercados o la situación económica de la organización.
Las acciones son el mejor ejemplo de renta variable. Como inversor, compras acciones y adquieres derechos como el cobro de dividendos o el derecho de información y voto. Si una empresa genera beneficios, podrá repartirlos entre los accionistas.
¿Qué es una acción?
Una acción es un activo financiero que representa una parte del capital social de la empresa.
La suma de las acciones representa el valor total de una empresa. Por ejemplo, si esta tiene 100 millones de acciones y cada acción tiene un valor de 2 euros, la empresa vale 200 millones de euros.
¿Cómo se adquieren las acciones?
Puedes adquirir las acciones de dos formas:
- En el mercado primario, en el instante en que la sociedad emite las acciones.
- En el mercado secundario, es decir, entre inversores. Este mercado suele ser la bolsa. En la bolsa solo se puede operar con aquellas acciones de empresas que son admitidas a cotización y, para ello, han de reunir una serie de requisitos.
En España existen cuatro bolsas de carácter oficial: Valencia, Madrid, Bilbao y Barcelona. Todas comparten una plataforma de contratación, SIBE o Sistema de Interconexión Bursátil Español. Aquí es donde se realizan la mayoría de las operaciones y la supervisión depende de la CNMV, que vela por la transparencia de los procesos, los derechos de los inversores y los precios.
Hoy en día todo está informatizado, incluso las negociaciones de las bolsas. Internet es la clave de la negociación bursátil. No debes olvidar que, para acceder a este mercado, necesitarás un bróker, quien, a cambio de una comisión, realiza los movimientos de venta y compra de acciones en tu nombre. Para poder operar, debes abrir una cuenta con él y conectarte a su plataforma.
La compra de acciones puede hacerse en cualquier momento, pero solo se ejecutará cuando los mercados estén abiertos.
¿Un particular puede operar directamente en bolsa?
La respuesta corta es simple y sencilla: no. En el mercado tradicional, los vendedores y compradores realizan cualquier transacción cara a cara, pero en el mercado financiero es necesario que participe un tercero. Pueden ser:
Entidades de crédito
Bancos, cajas de ahorros o cooperativas de crédito.
Sociedades de valores
Son sociedades anónimas con un mínimo de capital de 2 millones de euros. Pueden negociar por cuenta propia y ejecutar órdenes de terceros.
Agencias de valores
En este caso también son sociedades anónimas. Pueden operar por cuenta de sus clientes, pero nunca por cuenta propia.
¿Cómo se gana dinero con las acciones?
Las dos formas más habituales de ganar dinero invirtiendo en renta variable son:
Revalorización de la acción
Puedes ganar dinero cuando una acción sube, es decir, cuando el intercambio de las acciones de la empresa en la que has invertido se hace a un precio superior al que las compraste.
Pago de dividendos
Una empresa que tiene beneficios puede decidir repartir las ganancias con sus accionistas.
Hay veces que las empresas no obtienen beneficios y/o que las acciones no se revalorizan; es más, pueden perder su valor. Ese es precisamente el riesgo de la renta variable. Para atenuarlo, lo más recomendable es diversificar la inversión, con el fin de no ligar nuestra expectativa de rentabilidad al comportamiento del valor de una sola empresa.
Esa estrategia puede incluir acciones de otras empresas, de otros sectores, de otros ámbitos geográficos y también productos de renta fija, que suelen conllevar menos riesgo. También es recomendable planificar la renta variable como una inversión a largo plazo.
Recuerda no utilizar ahorros que vayas a necesitar a corto plazo si vas a invertir en productos de riesgo. También es importante que conozcas tu tolerancia al riesgo para decidir qué parte de tu dinero vas a invertir y que eso sea compatible con dormir tranquilo.