Los préstamos, depósitos u otros productos bancarios cuentan con un determinado interés. Y dentro de ellos, el Tipo de Interés Nominal (TIN) y la Tasa Anual Equivalente (TAE) son las dos principales referencias.
- El TIN (Tipo de Interés Nominal) es el precio que pagamos por un préstamo concedido por la entidad bancaria. Es decir, en el tanto por ciento que recibe el banco por ceder ese dinero y figura en cualquier contrato de hipotecas, depósitos, créditos o préstamos. A diferencia de la TAE, el TIN no incluye ningún gasto asociado a la operación. Debido a esta razón, su cálculo es mucho más sencillo.
- La TAE (Tasa Anual Equivalente) es el indicador de referencia. Su cálculo se realiza a partir de una fórmula matemática algo compleja. En ella se tiene en cuenta al propio TIN y otros costes del préstamo, como las diferentes comisiones que se aplican y el plazo al que se ha firmado la operación. La principal diferencia respecto al TIN es que se trata de un cálculo más exhaustivo, que incluye a la anterior tasa y que, al incluir más variables, puede aportar más información y se ajusta a la realidad.
Aunque ambas son tasas homologadas y reconocidas por el Banco de España, es más recomendable fijarnos en la TAE.
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Implicaciones del TIN
El TIN ofrece información básica sobre los préstamos financieros. Al calcularse de forma sencilla, solo tiene en cuenta la cantidad de dinero que recibe el banco. En cuanto al porcentaje de interés, el tipo a aplicar es libre, salvo que incurra en condiciones de usura. Esto está regulado mediante la Ley Azcárate, del 23 de julio de 1908. En esta ley, se expresa lo siguiente: “Será nulo todo contrato de préstamo en que se estipule un interés notablemente superior al normal del dinero y manifiestamente desproporcionado con las circunstancias del caso”.
Implicaciones de la TAE
Al incluir intereses, gastos asociados, comisiones y plazos de amortización, la TAE es un concepto muy completo que nos da una fotografía real de todos los costes del préstamo, hipoteca o crédito. Para más seguridad del cliente, la normativa española obliga a todas las entidades a incluir la TAE en la publicidad de sus productos, los contratos, así como la información previa a la contratación. Se manifiesta en diferentes productos:
- En depósitos, recoge la tasa que produce el dinero, a través de los flujos de interés a lo largo de las diferentes mensualidades.
- En préstamos, incluye conceptos como la comisión de apertura que se paga. La primera suele pagarse al inicio del producto.
- En hipotecas: incluye los gastos, los intereses y las comisiones, y puede que entren también otros costes. Si se han ofrecido productos adicionales ( seguro, tarjeta, plan de pensiones, fondo de inversión…); estos entrarán también en el cálculo de la Tasa Anual Equivalente.
Puedes informarte de los diferentes tipos de interés aplicados por las instituciones financieras en el Boletín Estadístico del Banco de España. También puedes consultar la evolución de los tipos de interés legales y otros tipos utilizados como referencia, estadísticas de tipos de interés aplicados por las instituciones financieras monetarias a hogares y sociedades no financieras, en la página del Banco de España sobre Estadísticas de tipos de interés.
Ahora que ya sabes más sobre la TAE y el TIN, cómo se aplican sobre los préstamos personales y cuáles son sus principales diferencias e implicaciones; sigue leyendo para enterarte de más aspectos del mercado económico y cómo te afecta en tu día a día.